
La persona que tiene discapacidad
intelectual, su capacidad para aprender y adaptarse a la vida social es
reducida.
Esta condición ha sido designada con una
amplia variedad de términos; actualmente nos referimos a ella como deficiencia
o discapacidad mental.
Clasificaciones
Leve
Si bien su desarrollo es lento y sus
posibilidades son limitadas en lo referente a la educación académica.
Moderada
Estas personas aprenden a cuidar
de sí mismas y a satisfacer sus necesidades personales.
Severa
Presenta retraso en el desarrollo
del movimiento y lenguaje.
Profunda
Requiere de cuidados y atención
constante para sobrevivir.
Por lo general la discapacidad intelectual
se manifiesta en la primera infancia o al inicio de los años escolares, cuando
se hace evidente cierta lentitud en el desarrollo.
Características
- Dificultad en la atención, percepción y
memoria.
- Su aprendizaje se realiza a ritmo lento.
- No puede realizar las actividades solo.
- No se organiza para aprender de los
acontecimientos de la vida diaria.
- Cuando se le pide que realice muchas tareas
en corto tiempo, se confunde y rechaza la situación.
- No se le ocurre inventar o buscar
situaciones nuevas.
- Tiene dificultad en solucionar problemas
nuevos, aunque sean parecidos a otros vividos anteriormente.
- Puede aprender mejor cuando a obtenido
éxito en las actividades anteriores.
- Edad mental siempre inferior a la edad
cronológica.
- Dificultad en habilidades del lenguaje y
comportamiento social.
- Limitación en dos o más de las habilidades
adaptativas: comunicación, cuidado personal, habilidades de la vida en el
hogar, etc.
Causas
Factores Prenatales
- Desde la concepción y
durante todo el embarazo.
- Edad de los padres: Menores de 20 o mayores
de 40 años.
- Irregularidades genéticas: alteraciones en
el número de cromosomas (Síndrome de Down)
- Enfermedades virales en la madre; como
rubiola
- Alcoholismo o drogadicción, radiaciones
(rayos x), medicamentos, traumatismo (accidentes o provocados)
Factores Perinatales
- Desde el momento del
parto hasta los 28 días siguientes al nacimiento y por causas directamente
relacionadas con él.
- Cualquier circunstancia que reduzca la
provisión de oxigeno
- En el niño durante el parto; hemorragia
cerebral, infecciones del sistema nervioso central, entre otros.
Factores Posnatales
- Después del primes mes
de vida.
- Infecciones: Meningitis, encefalitis, etc.
- Traumatismos
- Administración de medicamentos inadecuados
- Carencia grave de estímulos ambientales, como
juegos, caricias y diálogo.
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Diagnóstico
El diagnóstico debe determinarse mediante
un estudio multidisciplinario: médico, psicológico, pedagógico y social.
Este tipo de estudio, que permite identificar las limitaciones y capacidades
del niño en todas las áreas, deja atrás el antiguo método de detección, que
consistía en realizar evaluaciones de cociente intelectual únicamente.
Un estudio psicológico completo debe
comprender una entrevista con los padres, historia clínica del niño, la
observación de su interacción en su entorno familiar y social, y la aplicación
de una batería de evaluaciones.
Una vez que se obtenga el diagnóstico es
importante no etiquetar al niño, pues éste no es el límite al que el niño puede
llegar, es decir, debemos darle un trato normal respetando su capacidad, su
nivel y ritmo de aprendizaje.
Estrategias de atención
- Brindarle un mayor número de experiencias
variadas, para que aprenda lo que le enseñamos.
- Ayudarle y guiarle al realizar la
actividad, hasta que la pueda hacer por sí
solo.
- Repetir muchas veces las tareas realizadas,
para que recuerde cómo se hacen y para qué sirven.
- Disminuir el número de tareas
- Darle muchas oportunidades de resolver
situaciones de la vida diaria, no anticipar ni responder en su lugar.
- Recordar que los niños con discapacidad
intelectual solamente aprenden haciendo.
- Participar en el taller de «escuela para
padres».
- Comprometerlo a acudir a los llamados de la
escuela para la atención de su hijo.
- Permitir que su hijo ayude con las tareas
domésticas. Éstas pueden aumentar su confianza y destrezas concretas.
- Propiciar en el niño la adquisición con
hábitos básicos de autonomía y cuidado personal.
- Utilizar un patrón de reforzamiento
positivo de sus logros.
- Permitir que se relacione con otros niños
de su edad.
- Motivarlo con alegría para que realice las
actividades.
- Haga de las tareas escolares una prioridad.
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